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Tocamos la puerta azul de una casa ubicada  a un costado del templo catolico de el poblado de Yamaranguila , la casa de abobe encalada de arquitectura vernacular se yergue solitaria  frente a una pequeña plaza donde mujeres  indígenas  venden   frutas y verduras en un mercado . Empero la  sencillez arquitectónica  de la edificación emana dignidad  por su localización en la esquina de un gran terreno en el centro del pueblo que  en su calle principal es  un punto de referencia para la comunidad. La casa alberga “ La Vara Alta” de Yamaranguila.

El mercado frente a la plaza de la casa de La Vara Alta

Yamaranguila es un pueblo indígena cuyo nombre se deriva de "Zabalanquira" , que en el idioma de los pueblos de la zona significa "Agua de la pirámide", es  un municipio entre montañas  que aparece en la historia de Honduras desde 1791 como un curato ( jurisdicción de un cura)  , donde sus habitantes pertenecen a la etnia Lenca. Los Lencas son una de las siete etnias vivas de Honduras. Yamaranguila es el poblado más antiguo y tradicional  de la región  en el departamento de Intibucá donde sus autoridades municipales  son miembros honorables de la etnia, su alcalde actual es hijo, nieto y bisnieto de alcaldes anteriores, donde han creado como tradición valorar sus raíces y conservar tradiciones empero el adelanto económico y social de sus habitantes y la globalización.

 En Yamaranguila la agricultura es esencial para su tradicional modo de vida, donde cafetales , maizales y  verduras son sembrados acorde a movimientos de la luna y a otros métodos tradicionales donde un tipo de almanaque indígena lleno de celebraciones y ritos funcionan como importantes ceremonias de un mundo agrícola milenario , que hoy en día comienza a desaparecer por la emigración al Norte de su juventud,

 

La casa de la puerta azul alberga “La Vara Alta “ del poblado  que es  un antiguo” concejo  de ancianos cuyos “ serviciantes ” son considerados venerables desde la época de la conquista española en el siglo 16. En su conjunto son todavía guardianes y ejecutores de ritos agrícolas para lograr producciones de bienestar economico llamadas “Composturas”. 

Las Composturas son ceremonias  tradicionales efectuadas por siglos para bendecir el medio ambiente de zonas agrícolas, estos ritos todavía se practican comúnmente entre los más de 600 mil habitantes que conforman la comunidad Lenca diseminada  por el territorio hondureño.

 

Después de unos minutos  de espera  ante la casa , se abrió la puerta y vimos por primera vez a Don Lucas , un humilde y ceremonioso indígena de corta estatura ya  en su mayoría de edad que nos invitó a pasar. Con un lenguaje florido con dejes de un español antiguo se presentó como un instrumento de Dios para efectuar curas de males en relación a“ Las Composturas “ .Nos  acomodó en bancos largos de madera en una sala poco iluminada y nos preguntó la razón de nuestra visita y le explicamos: Hacemos un documental sobre el mundo Lenca, sus orígenes,ritos, mitos y actualidad como una sociedad a la que el modernismo comienza a desaparecer, nos recomendaron su  persona le dije  como un  activo serviciante de La Vara Alta. Don Lucas nos informo de la historia del edificio,  de su antigüedad e importancia entre la comunidad pudiendo hasta entonces apreciar la sala ceremonial que era la estancia donde estábamos. Era una cuarto con piso de ladrillos con un trono antiguo y rústico en el centro  me recordó una sala ceremonial de intelectuales , con una pared pintada  de color rojo en un costado y el resto de la habitación  encalada , en la pared central había colocado un armario de puertas  color verde que   Don Lucas abrió  para mostrarnos su contenido : Cuidadosamente abrió sus portezuelas y nos dejó ver lo que en ello se guardaba , vimos entonces volillos de madera como cetros con adornos de cintas de colores y elementos decorativos brillantes, “huacales “ grandes conteniendo maíz de color rojo , un contenedor ceremonial antiguo de arcilla que contenía un licor de maíz , que probamos,  habían numerosas estatuas pequeñas de imágenes religiosas católicas y fue entonces cuando Don Lucas  sacó de dentro del armario , uno de los  cetros que media más  o menos seis pies de altura  y dijo ceremoniosamente esta es  “ La Vara Alta de Yamaranguila ” Nosotros sus “ serviciantes somos un grupo de guardianes que merecemos el respeto de la comunidad  como auxiliares a ritos ancestrales que resuelven dilemas en el agro y en la vida social de la comunidad Lenca a la cual servimosdesde ya muchos años..

 

La Vara Alta  es el símbolo sagrado de las autoridades Lencas y de otros pueblos originarios de Honduras. Su historia mitológica y su poder es un acto de fe. 

 

Las llamadas auxiliarías de la Vara Alta hoy han perdido la autoridad política que originalmente las revestía, pero siguen siendo la institución indígena religiosa más importante de los lencas. Las varas o “majestades” son el símbolo de su unidad que las vincula con el culto a la figura bíblica de Moisés. Sus autoridades se encargan de organizar las fiestas religiosas más importantes, velar por los títulos de las tierras y por el respeto y conservación de las tradiciones. Tienen su origen en los cabildos y ayuntamientos de los pueblos de indios de los siglos XVI y XVII. A partir del siglo 20  comenzaron a perder los poderes políticos que poseían y en consecuencia, a desaparecer. No obstante, conservaron sus prerrogativas religiosas y poco a poco se fueron transformando y pasaron a funcionar como “auxiliarías” de la administración política desde la era  colonial. La conquista española hizo ver a los Lencas como una de las 12 tribus judías  errantes de la era de Moisés que aparecieron en America con el amparo de el cetro del profeta para producir bienestar y unión entre sus pueblos y respeto a las órdenes de los conquistadores. 

Después de una hora con Don Lucas y su elocuente conversación me produjo la sincera convicción que estaba frente a un hombre santificado, hicimos un video de sus manifestaciones y acordamos una cita próxima para grabar los ritos de una Compostura.

Al final le pedí su bendición, que la efectuó con una oración en voz baja, que sentí sincera y real.

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